lunes, 28 de diciembre de 2009

Capitulo 4

Capitulo 4 San francisco al Atardecer

El rubio se levanto y fue a la ventana, mientras se dibujaba una sonrisa en el…
-¿Cuánto tiempo? Eso no lo sé… – y miro por la ventana como el sol se ponía detrás de una nube-…hasta que lo encuentra
Salomón lo miro y con una sonrisa en su rostro le contesto
-Pero a veces lo dudo – al decir eso le sonrió.

-Yo creo que ponto lo encontraras amigo
-¿Tu lo crees Salomón?- mientras veía como se acercaba hacia él
-¡Si!... – hizo una pausa y continuó hablando- Como yo encontrar a Dior–
-Si, es verdad después de esa gran pelea y como quedaste te cerraste al mundo- le dijo Dionisio mientras tomaba otra trajo a su copa casi llena.
-¡bueh! ¿Que soy un monstruo? - Pregunto y ambos hicieron un silencio y después se rieron….
- Bueno, niño bonito, hay una par de reglas acá, así que te las explico antes de que haya mal entendidos ¿sí?- le dijo Salomón tomando otro trago de su copa.
-¡Dime, estoy ansioso a ver que otra regla tengo!- dijo Dionisio y se preparo para escuchar las nuevas reglas que tenia que obedecer.

Eran cerca de las 15:20 cuando Chad salía de su escuela para ir a su residencia, cuando la bocina de un auto le llamo la atención.
Chad miro, con todo su glamur, a ver de dónde venía esa bocina, pero cuando vio de quien se trataba se quedo sorprendido, era George, que le hacia señas para que subiera al auto.
-Que raro de ti hacer estas escenitas o ¿¡quizás..!?- Chadt no termino la frase, cuando George le contesto
- ¡Sube y deja de decir estupideces!
-¡OK! Subo, parece que estamos de malas hoy- Contesto Chadt a la orden que George el había dado.
Cuando Chadt subió al auto, este arranco con destino desconocido.
-¿¡Dime, dónde vamos!?- pregunto Chadt mientras se arreglaba el pelo.
-te invito a tomar algo – dijo George y se dirigió a un bar por hay.

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Después de una par de meses de la última fiesta que Dionisio asistió y de varias veces de encamarse con un par que había conocido en algún boliche, estaba en la calle caminado por ahí, cuando de repente se escucho el grito de una mujer
– ¡déjame! Tengo que trabajar y no soy la puta de nadie ¡soy una mesera cerdo!
- Vamos lindura, si te me insinuaste- le decía uno de los clientes a la mesera que le estaba sosteniendo la mano para que no le tocara mas la cola –Vamos preciosa – insitilla el hombre mientras que la camarera, intentaba alejarse. Cuando la manos de un joven separo el brazo de hombre de la mano de la joven - ¿Quien te crees que eres?- le dijo aquel hombre a ese joven.
La joven mesera se quedo mirando sorprendida a la reacción de aquel joven.
-¿No me escuchaste, gusano?- Grito de nuevo aquel hombre. E intento golpearlo , pero aquel joven solo se movió y con un movimiento de su mano hizo que aquel hombre callera al piso, dejando a casi todos con la boca abierta.
Aquel muchacho de pelo rubio había dejado en el piso a ese tremendo granulote. De repente el hombre que estaba en el piso abre los ojos de par en par, y salió corriendo mientras que el joven rubio lo miraba extrañado pero no le dándole mucha bolilla.
- Gracias por la ayuda – Le dijo la joven mientras el joven rubio le sonreía – ¿como le puedo pagar esto? ¿Quiere que le invite algo?- Pero el joven solo sonrío y se fue.
Apenas el joven volvió a emprender su camino, se escucho la voz de el dueño del bar gritándole a la mesera -¡¡¡Estoy cansado de que siempre tengas problemas con los clientes!!! – mientras que la joven mesera intentaba explicar, pero no había caso. El joven rubio se volvió y miro la escena mientras que su linda y tranquila sonrisa cambio por completo y sin pensarlo lanzo su puno a la cara de dueño , hacinado que este caiga al suelo y mientras el dueño seguía en el suelo el joven rubio se acerco a él, le dijo algo y de repente el dueño se asusta y se aleja gritando llamando a la policía y echando a la joven, el joven solo suspiro y se voltio hacia donde estaba la joven, la cual que no sabía qué hacer porque acababa de quedarse sin trabajo
- ¿Y AHORA QUE HAGO ?- dijo la joven.
El joven, toco sus bolsillos y noto aun la cantidad de plata que tenia hacia un par de meses y sin pensarlo se lo entrego y con ella una tarjeta de presentación, que le había dado aquel joven de cabellos castaño.
La joven lo miro y no supo, que decirle al joven que le había entregado tanta plata.
Mientras el joven rubio caminaba por la calle, recordó algunas de esas reglas de su nuevo hogar, hasta que su misión o deseo terminaría.
“- Recuerda hay un par de reglas en esta casa – le decía Salomón mientras apoyaba su copa en la mesa.
-¿Qué tenga que buscar trabajo para pagarte la hospedaje?-le preguntaba Dionisio mientras se le dibujaba una sonrisa en su rostro y en le rostro de Salomón.
-Claro que no preciso amigo, claro que no- hizo un silencio y continuo- Una de ellas es que no te mentas con Dior , ósea que ni se te ocurra hablarle ya que una sola palabra tuya enamora cualquier ser vivo- al escuchar eso Dionisio sonrío , ya que había pocos seres que su voz no hacia efecto sobre ellos y eso le gustaba.
- Y cual otra – respondió Dionisio al escuchar la primera regla de Salomón . A lo cual su amigo esbozó una sonrisa aun mas grande de lo normal
.-No hay ninguna mas , quédate todo el tiempo posible y pásala lo mejor posible.-
Al termino de eso los dos amigo empezaron a recodar las anedoctas mas locas que tuvieron es su tiempo atrás.
Dionisio aun no se acostumbraba a esa ciudad ya que había pasado varios meses acá y nada, así que se dirigió a su lugar favorito a donde podía ver el cielo y las nubes fundirse con el mar.”

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En el bar donde George y Chadt estaba cerca de la costa y, por lo que veía Chadt esto no iba ni para adelante ni para atrás, así que solo se dedico a tomar , su café y mira por la ventana como el atardecer aparecía fundirse con el mar, cuando la voz de George lo desconcentro.
- Parece que eres el favorito de Kale ¿no?
Chadt, casi escupe el café al escuchar lo que George había dicho, pero cuando intento decir algo George continuo hablando.
– Ya sé lo que me dirás, pero por favor, cállate un segundo y escúchame – Chadt se queda helado a la reacción que George tiene y, sin más remedio lo escucho. –¿Dime que , hay de diferencia entre vos y yo? Que yo sepa no la hay.
Chadt no sabia que contestar, si contestaba de su forma normal, George era capaz de tomarlo mal, pero si no lo hacía, seguramente sucedía lo mismo, asique tomo la tasa donde estaba el café y miró hacia al hermoso paisaje que se le mostraba en frente y, como todo los demás quedo mirando ese cielo. Hacia ese sol brillante que se ponía dándole al agua ese hermoso color anaranjado.

Fin del capitulo 4 San Francisco al la tardecer

Próximo capitulo caminos entrelazado.